México.- Virginia Gómez Pérez, madre de Alexander Martínez, un adolescente de 16 años al que un policía municipal mató de un disparo en la cabeza en junio de 2020 en Acatlán de Pérez, en Oaxaca, denunció este viernes que, tras más de un año de audiencias y de procesos judiciales, tres jueces decidieron dejar en libertad al único policía imputado por la muerte del joven.
Alexander —o «Chander», como también era conocido en Acatlán, en la zona limítrofe entre los estados de Oaxaca y Veracruz— era un joven que militaba en la tercera división de la Liga MX de futbol y tenía aspiraciones de convertirse en futbolista profesional.
Según las primeras versiones que se dieron a conocer poco después de los hechos, Alexander había salido de su casa para comprar un refresco en compañía de otros tres jóvenes, en el poblado vecino de Vicente Camalote, y fueron atacados a balazos desde una patrulla de la policía municipal de Acatlán de Pérez sin ningún motivo. Uno de esos disparos impactó en la cabeza del joven y le causó la muerte.
Horas después ese mismo día, el ayuntamiento de Acatlán emitió un comunicado para lamentar la muerte, pero señaló también que esta se produjo «sin mala fe» sino por un «accidente».
Ahora, Virginia Gómez denunció la mañana de este viernes 25 de marzo que tres jueces del Tribunal de Enjuiciamiento de la Región Cuenca del Papaloapan, en Oaxaca, también aceptaron esa versión de que el suceso se debió a un accidente, y emitieron una sentencia absolutoria para dejar en libertad al único policía municipal imputado por la muerte.
«Tenemos una fuerte indignación. Los jueces acaban de tomar una decisión horrenda para nosotros como familiares que buscamos justicia por Alexander. Van a liberar al único imputado por el asesinato de mi hijo, a quien le cortaron las alas y su sueño de ser futbolista profesional», dijo desde Acatlán.
Reproductor de vídeo de: Telemundo
En entrevista, Ulises Aguilar, un primo de la víctima, contó que la noche del hecho Alexander y otros tres amigos tomaron sus motos para ir a comprar refrescos a una gasolinera en Vicente Camalote.
«Pero de regreso se toparon con la patrulla número 23 de la policía municipal de Acatlán. Los testigos del suceso dijeron que la patrulla le cerró el paso a mi primo sin saber causa ni motivo. Mi primo logró esquivar la patrulla, pero golpeó con la llanta de atrás de la moto al coche. Y de la nada, uno de los elementos empezó a tirar a lo que agarrara, pero con tentativa de muerte. Es decir, tiraron a matar».
El informe policial, en cambio, aseguraba que los jóvenes habían intentado burlar el retén y que lo que sucedió después fue un accidente.
Así lo publicó el diario veracruzano El Mundo de Córdoba, que cubrió la noticia desde el lugar de los hechos: «Según el informe policial, los uniformados vieron que se acercaban unas motos, les marcaron el alto y, al ver la presencia de los uniformados, los jóvenes intentan burlar el cerco policíaco aventándoles las motos. Esto provocó que un policía cayera y, al azotar el arma contra el suelo, esta se dispara generándose el suceso».
Pero nada de esto convenció a Virginia.
«La patrulla se le fue encima porque pensaban que mi hijo llevaba un arma. ¡Que no mamen! —exclamaba fuera de sí el día de los hechos—. Mi hijo jamás ha usado armas. Estos jóvenes no son unos delincuentes. Estos jóvenes son solo unos niños».
Tanto familiares como amigos y vecinos de Alexander, que dejaron mensajes en redes sociales tras su muerte, aseguraron que el adolescente, que estudiaba en la Universidad Golfo de México , campus Orizaba, nunca tuvo que ver con nada relacionado con la violencia.
«Desde el primer momento de los hechos, la policía quiso lavarse las manos diciendo que mi primo los amenazó con un arma —planteó Ulises—. Pero todos aquí saben que eso no es cierto porque mi primo era un joven muy tranquilo y sano. No tomaba, no fumaba, no consumía drogas, y solo tenía un vicio: el futbol».
«Yo soy de esos chicos que sueñan en grande, ese chico que sueña con dejar una gran marca en el mundo del futbol», se podía leer en el perfil que escribió en primera persona —a modo de homenaje— Alexis, el hermano de Alexander.
La pasión del joven por el futbol comenzó desde que iba en quinto de primaria. A partir de ese instante, contó Ulises, ningún juego ni otro deporte le interesaron más que la cancha de pasto, el balón y la portería rival.
Luego, el tiempo pasó. Y, al mismo tiempo que «Chander» crecía físicamente hasta convertirse en un joven alto, espigado y de buena planta, su juego también crecía a pasos agigantados.
Alexander empezó a destacar en todos los equipos por los que iba dejando un reguero de goles.
Con información de MSN
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